domingo, 21 de agosto de 2011

Pequeña Biografía Para Cuando Sea Famoso

Para Angélica Álvarez

Tengo nombre aunque no les interesa cómo me llamo. La gente me odia, soy insoportable. Eso dicen porque en realidad quisieran hacer lo que yo hago. No tengo problemas en hacerles sentir que sólo son objetos para mí. Tengo mis sentimientos, pero los he usado tanto que perdí la confianza en ellos. He leído tantos libros, que ya ni me acuerdo de sus nombres. No sé qué me motiva a mover las páginas e indagar en ellas algo que creo buscar, pero que tengo la certeza de conocer de antemano. También los leo porque no tengo más nada que hacer. No me gusta esforzarme por nada. Creo que lo merezco todo. Desde niño pensaba que si me trajeron a este mundo, los que lo hicieron tenían que pagar el precio. Me gusta el rock, el metal y la salsa. Aparentemente no hay nada de parecido en estos ritmos y yo no les voy a dar la respuesta. Me he hecho la paja tanto que tu mente no alcanza a imaginar el nivel de lujuria que soporta mi cuerpo. Soy una máquina de sexo andante. Tantas pajas no me han convertido en eyaculador precoz. Puedo tener sexo durante horas. Para una europea, mi verga es grande, para una costeña, es normal. A mí me da igual. Creo en el amor, pero perdí la esperanza de encontrarlo. No tengo amigas. Si no me dan culo no hablo, así de simple. Podría conversar contigo cuando estoy aburrido, después te mando pa la pinga. No tengo dinero. Me gusta la ropa de marca y nunca he utilizado un par de zapatos baratos, a excepción de esos años de miseria. Los mejores recuerdos de mi vida los tengo de una calle desolada del tercer barrio que parió esta ciudad a la que deberían llamar sauna. Cada vez que llego a su esquina me transporto al pasado donde los pick ups sonaban con las champetas traídas de áfrica. Me gusta la música africana. Olvidé decirlo anteriormente. Mi abuela la muerta, era diosa de otro mundo. Se sentaba con su periódico y a veces me pedía que se lo leyera. Me contaba historias tan extrañas que parecían sacadas de una novela de García Márquez. No conocí al abuelo ni a mi tío del cual tengo el nombre. Dicen que era persona de gran futuro. Murió joven. Lo mismo dicen de mí. Ya estoy muerto. Abuela murió hace poco. No la lloré. Papá tampoco. Él la llora cuando está solo. Él llora casi todo el tiempo cuando está solo. Se arrepiente de su vida, sus acciones y las consecuencias que estas han tenido. Yo no puedo ni pensar en lo que hago. Mi horóscopo chino dice que soy superficial. Yo lo creo. También dice que mi conocimiento es grande, pero que no sé cómo usarlo. Eso también lo creo. En realidad no importa si lo utilizo o no. He tenido dos novias y a unas cuantas les he dado por el culo sin necesidad de perder el tiempo tratando de seducirlas. No sé cómo lo hice. Abuela, donde quiera que estés, te digo que recuerdo las jarras de tinto que nos tomábamos juntos. Hoy sólo me tomo uno pequeño de vez en cuando. Te extraño. Ya no me caías bien cuando te estabas muriendo. Sentía que no eras tú, que esa señora allí sentada no era la Niña Pino que conocí, la que me hablaba de su pasado extraño de casamientos arreglados y huídas por decepción. Haberte casado con un contrabandista exitoso fue tu peor error. En esta familia todos morimos por decepción, por miedo a perderlo todo. Abuelo, por qué tenías que morir dejando a la abuela sola con once hijos a cuestas. Eras egoísta, abuelo. Yo también. Los únicos amigos que tengo los conocí en la calle cuarenta y nueve de este mismo barrio. Para algunos, el infierno. Para mí, el lugar donde aprendí que si soy fuerte e ingenioso, nadie me destruye. Fue allí donde vi el primer bareto bien armado. Nadie arma mejores baretos que los de la calle cuarenta y nueve. James dice que es mi amigo. Llevo trece años andando con él. A veces me pierdo y no le digo nada. Cuando nos encontramos fumamos mucha ganja. He conocido a muchas personas. Ninguna ha logrado un cambio en mí. Mis ocupaciones han sido varias: predicador, barrendero, vendedor de celulares, barman, boy scout, estudiante, capellán, repartidor de dulces, mesero, y ahora escritor. Escribo mierda. No tengo idea del oficio de escribir. Espero llegar a algo con esto. Debo a mis amigos un libro de cuentos o una novela que hable de la forma que enfrentamos la vida juntos hasta que cumplimos cierta edad. A veces pienso que no debería escribirlo. En realidad, fue a mí al que tocó enfrentar todo eso. Ellos eran felices. Yo solo pensaba en escribir y no sabía cómo hacerlo. Por eso me dijeron que grabara todo lo posible, que eso algún día reventaba. Ahora estoy lleno de historias que para muchos parecerían atroces. Yo las gocé. Tengo 24 años, un montón de cosas locas y una cabeza que quiere escribirlas todas. Hubo dos personas a las que herí . Ellas saben quiénes son. Sus palabras fueron iguales. Dijeron que me arrepentiría de lo que estoy haciendo, que soy un niño, que nunca comprenderé el valor de una persona. Ellas no saben cuanto valen para mí. Sobre todo tú, la primera que lo dijo. A veces veo tu rostro y me pregunto qué sería de nosotros si fuéramos amigos, pero después volteo y miro el bareto, inhalo y paso la página del libro. Espero que me perdonen por haber sido así. Aun me sorprende la exactitud de sus palabras. Dos años de diferencia y la misma sentencia con un toque de dolor y seriedad. Espero comprender lo que me estaban tratando de decir. Jugué básquet, fui malo .En Futbol, pasable. En Voleibol, la vacilé. De vez en cuando me gusta salir y pasear por las calles de esta ciudad con la única amiga libre que me queda: mi bicicleta. Hacer una biografía no es fácil, sobre todo cuando tu vida se construye de lo que aparezca. Nada es estable. No tengo apegos. Si lo hago es porque lo siento. Como un grupo de amigos que por casualidad terminan juntos todas las noches, son mis días. No le tengo miedo a nada. Sólo a los golpes. 


Por Fernando Padilla C.

4 comentarios:

  1. muy divertido.este cuento o como se llame es lo mejor del blog.si quien lo escribio posee madurez para aceptar la fuerza de sus palabras...entonces nos encontramos ante un nuevo dios de la literatura.felicitaciones a su autor

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  2. Nojoda... Qué exageración. Qué no has leído nada de literatura?

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  3. no se trata de decir quien sera el grande ni quien no. se trata de hablar de los relatos por favor. este me parece uno bueno.

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  4. pues cada quien es como es el piensa en su carrera no todos tienen la misma oportunidad de ser famoso y nadien es menos que otro ni fastidioso,ni alguna otra cosa cada quien tiene su personalidad y el dice como es no por miedo a fallar debes de dejar de intentar

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