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Madre, voy a matarte.
Eso les digo a las mujeres que me
recuerdan a mi asesinada madre cuando camino por las calles de mi desolación.
Pero las muy malditas no se dejan matar, nunca responden lo que yo quiero oír;
lo mismo que me dijo mi madre cuando murió.
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No me mates mijito, soy tu madre.
No son capaces de contestar algo así,
siempre me gritan cosas como: loco, raro, demente, precoz, ridículo…; lo peor
es que siempre dicen: - Yo no soy tu madre. ¿Es que ninguna se da cuenta que
soy un asesino y que voy a matarlas? Aún no logró entender por qué no puedo
matarlas cuando me niegan su maternidad. Ya no tengo a quien matar.
He pensado que no me creen porque tengo
cara de ángel, como me decía mi mamá; pero ya creceré y superaré el miedo de no
matar a nadie si no es ella. Qué maravilloso fue ver salir mi propia sangre por
muchas partes de su cuerpo. Primero, la golpeé en la cabeza para que se
desmayara; seguramente se murió de una vez, pero no me importó. Después tomé
todos los alfileres que ella guardaba en su delantal y no necesité un muñeco
vudú. Usé toda su cara para dibujar puntos rojos.
Cuando me cansé de agujerearla, tomé las
tijeras del mismo delantal y corté su piel por todos lados como si fuera un
papel viejo; las heridas se abrían y yo metía mis dedos dentro para hacer un
agujero, escondí piedras, tierra, insectos y comida en su cuerpo. Ya había
practicado aquella tortura de mi madre con una de las muñecas de mi hermana,
pero las muñecas no tienen sangre ni una piel suave y fina que se abre
deliciosamente con un corte suave.
Le había sacado los ojos a la muñeca, pero
no sabía si sería buena idea hacer lo mismo con mi mamita; pero yo quería un
recuerdo de aquello tan excitante, entonces busqué las pinzas en la caja de
herramientas de mi padre y traté de extraer uno de sus dientes amarillentos,
jalé, jalé y…
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¡Mijito, despierta! ¿En qué piensas
amor mío?
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¡Mamá cállate! Tú estás muerta.
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Jajajajaja…, no seas tonto, siempre
que terminamos de jugar te quedas como muerto y sales con tus cosas raras,
pareces un demente. Mejor vete a jugar al parque mientras termino de limpiar, y
pórtate bien porque ya la vecina me dijo que ve desde el balcón que les dices
cosas a las mujeres y te insultan; mi niño esas son actitudes precoces. Vete y
vuelves en una hora; mañana seguimos jugando.
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Si mamita.
Mañana
mamá…mañana.
María Ale ZC
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