domingo, 20 de noviembre de 2011

Poemas

Parado a la orilla de un rio
Se encuentra Dios
Pensativo, impotente
Un rio que no va a ningún lado
Pero aun asi arrastra sus cadáveres.


El arroyuelo nunca es igual a si mismo
Su última, absoluta esencia
Es la piedrecilla que atraviesa su eterno viaje

Ritual maravilloso
Verano de los niños a orillas del alma.







 Javier Córdoba Cuevas.

1 comentario:

Comenta esta entrada con críticas constructivas. Y recuerda: escoge bien el sabor de tus palabras, por si alguna vez te toca tragártelas.