Sentada en la acera, su padre la observaba con incredulidad. Perdida y opacada por la presuntuosa voz, sólo afirma con aparentes movimientos de cabeza. Atendía no muy convencida a las reglas que le imponían:
- Mira, es fácil- decía su padre,tomando medidas de la extensa calle-, no creo que sea necesario volver a repetírtelo. Sólo cruza y regresas… Después de tantos intentos fallidos todavía guardo algo de esperanza, relativamente fácil…
Sin tanto preámbulo la niña se aventuró a cruzar la calle. Con cortos pasos iba poco a poco llegando a la otra acera. De vez en cuando giraba su cabeza para ver a su padre, que con las manos indicaba que continuara. De momento un vehículo chocó con el cuerpo de la niña, unos leves giros recorrieron toda la ornamentación del vehículo alejándola algunos metros atrás. El padre corrió a socorrerla: la determinó defraudado. El cuerpo yacía destrozado, gota a gota desangrando vital energía… Tomándola por sus frágiles brazos, levantó el cuerpo marchito. Fue de nuevo a la acera. Acomodó sus pies de tal forma que tocaran el asfalto. Sostuvo como quien ensambla un maniquí, limpiando algunas manchas para poder mostrar su producto:
- No entiendo por qué se te hace tan difícil –comentó su padre-, sólo tienes que mirar a ambos lados y lo tienes… ¡Ponle ánimo, tu puedes! Después de tanta práctica no entiendo por qué aun no comprendes –lanzando a la niña a repetir el ejercicio.
Hernán Grey Zapateiro
Noviembre 1 de 2009
un cuento maravilloso.
ResponderEliminarum?
ResponderEliminarme parece una narracion ecepcional
ResponderEliminarmuy simple, demasiado comun
ResponderEliminar"Fue de nuevo a la acera. Acomodó sus pies de tal forma que tocaran el asfalto."
ResponderEliminarSólo eso me gusta, del resto nada llama la atención.
excelente cuento como tu no creo que haya otro y y no me sorprendería que en un futuro seas el próximo nobel de literatura de Colombia
ResponderEliminarviejo hernan no te tires flores a ti mismo, compa eso le queda mal, no exagere tanto, nobel? nombe.
ResponderEliminaruy, otro lord kelso jejejejeje
ResponderEliminarSi, ¡eso como que se pega!
ResponderEliminarUmm?
ResponderEliminarsólo comentarios como el aire, fugaces como el mismo.
El relato se defiende sólo. Lo absurdo se transforma en un arma contra las "reglas vitales" que todos manejados desde nuestra vida diaria.
(Si buscan placer pueden ir a una pastelería y jactare se pasteles coloridos).
Postdata: Lo del nobel es exageración, sólo el "eterno infante" puede ser galardonado por un sólo escrito.
Atentamente: Hernán Grey Zapateiro. (El autor)
me gusto mucho es un relato muy emotivo ,aveces aprendemos a fuerza de errores ,felicitaciones ,tu madre que te ama
ResponderEliminarEs genial. Ya decian que el relato se defiende solo.............por lo del nobel no te preocupes Hernan. Total al final, todos moriremos :)
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